Buen día !

La semana pasada platique por teléfono con un amigo que vive en EUA. El ha estado en China de negocios ya varias veces, y tiene un buen entendimiento de la cultura China, tanto de negocios como cultura general.

En lo personal me considero un fanático de la cultura, sobre todo de la cultura Asiática. China, India, etc.. y cuando se presenta la oportunidad de tener una conversación profunda con alguien que aprecia y le interesa aprender mas, es para mi un placer participar.

Es cierto que la China actual esta lejos de ser lo que uno como extranjero tiene en la mente. Su desarrollo económico es tan rápido, que en la vida diaria no queda tiempo para recordar los mitos e historia de esta, la civilización mas antigua del mundo.

Tengo en mis manos, un excelente libro de cuentos cortos que quisiera recomendar. El nombre es “Reflexiones del Vencedor” por Michael C. Tang.

Cada cuento viene cargado con una o mas lecciones de vida, sabiduría e interesantes historias. Eso es lo fascinante de este libro, cada cuento es como un trago de sabiduría.

Aquí uno de los cuentos mas cortos del libro, que tomara 2 minutos en leer.
Que lo disfruten!!

El Detector de Mentiras

“El que ha hecho algo malo pero teme que lo descubran, todavía puede salvarse. El que ha hecho una obra buena pero tiene ansias de darla a conocer, ya esta manchado.”

Raíces Vegetales

“En tiempos de la dinasta Song, hace unos mil años, había un magistrado llamado Chen Ziang, en la provincia de Fujian, en el sur de China.

Cierta noche hubo un robo en una posada y desapareció una cantidad importante de dinero. La policía detuvo enseguida a todos los sospechosos de la posada y de sus alrededores. Eran quince personas en total. Pero ninguna se reconoció como autora del robo.

En una primera audiencia, el magistrado Chen no encontró pruebas suficientes para acusar a nadie. Acto seguido anuncio que en un templo que estaba al norte de la ciudad había una campana de bronce antigua que tenia el poder divino de distinguir a los ladrones entre las personas honradas.

Envió a varios agentes de policía a que pidieran prestada la campana y la trajeran. Cuando se coloco la campana en la sala de audiencias, el magistrado le hizo una reverencia y le pidió solemnemente que emitiera su veredicto en el caso presente. Hizo venir a los quince sospechosos ante la campana. Les dijo que cada uno de ellos debía tocar la campana con las manos y que si el hombre era inocente, la campana guardaría silencio cuando la tocara. Pero si el hombre era culpable, la campana sonaría.

Entonces apagaron todas las luces y la sala de audiencias quedo completamente a oscuras. Los sospechosos se fueron acercando uno a uno a la campana de bronce, que estaba colocada detrás de un biombo y apoyaban las manos en ella. La campana no sono, y el publico de la sala se quedo desilusionado, viendo que todos habian superado la prueba.

Cuando se volvieron a encender las luces, el magistrado pidió a los sospechosos que enseñaran las manos. Entre todas las manos negras había solo un par de manos limpias.

-Tu eres el ladrón- dijo el magistrado Chen, señalando al hombre que tenia las manos limpias.

Previamente, el magistrado había hecho cubrir de hollín la campana. El ladrón no se había atrevido a tocarla por miedo a que lo delatara.

El hombre, ya detenido, confeso el robo que había cometido.”

Tang, Michael C., “Reflexiones del Vencedor”, EDAF, 2001.